Chiquinha Gonzaga: Compositora brasileña pionera de los derechos humanos y civiles

Chiquinha Gonzaga: Compositora brasileña pionera de los derechos humanos y civiles
De Vilma Campitelli
Abstract
Pianista, compositora, directora de orquesta de Rio de Janeiro (1847 – 1945). Ha afrontado prejuicios y tabúes de la sociedad esclava patriarcal brasileña, fue líder para la defensa del derecho de autor, precursora de las danzas típicas carnavalescas, ha marcado una nueva ruta en la historia de la música. Su madre fue una esclava libre, negra, ha apoyado la proclamación de la República, estuvo activa en movimientos sociales como el de sufragista y miembro de las organizaciones para la abolición de la esclavitud en la Lei Áurea (Ley Áurea) del 1888.
Su fama de mujer libre, ligada a su excelencia de compositiva-ejecutiva, cautivó el imaginario popular y cubrió su música de una aura de sensualidad y pasión.
La vida de la compositora brasileña Chiquinha Gonzaga estuvo ambientada en Brasil en la segunda mitad del 800. El proceso de colonización portuguesa se concretizó con la importación de esclavos de África y de las Américas. El cruce de razas con los nativos brasileños creó una sociedad polarizada en la relación entre esclavos y europeos. La sociedad fue dividida en dos niveles diferentes: la aristocrática, que seguía la estética cultural de la Europa colonial, y la de los esclavos, que habían sido gobernados según las tradiciones africanas.
Después del Segundo Imperio (1840-1889), en Brasil las ciudades se convirtieron en grandes centros urbanos, y en las actividades sociales se ofrecieron notables cambios en la vida de las mujeres.
Infancia
Francisca Edwiges Neves Gonzaga nació el 17 de octubre en1847, en Rio de Janeiro; hija de Rosa de Lima Maria, una joven mestiza hija de una esclava, y de José Basileu Neves Gonzaga, un aristocrático oficial militar del ejército.
En un primer momento, la relación de los padres fue muy difícil porque en la sociedad de aquella época, este tipo de matrimonios estaba llena de prejuicios, de tabúes.
El nacimiento de Francisca viene descrita por su madre y por ella misma como una jornada muy difícil. La neonata nació en una humilde casa en la ciudad de Rio de Janeiro, necesitaba con urgencia atención médica. Su madre, siendo de origen esclavo, no tenía acceso a dichos servicios. Su descendencia la hacía vulnerable en las jerarquías sociales. Además, cuando nació Francisca el padre estaba ausente, solo volvió a Rio después de tres meses. Cuando llegó a casa, con sorpresa, Rosa vio a José Basíleu abrazar cariñosamente a su hijita y la reconoció. Este gesto bello y genuino fue sellado con el bautizo de la niña el 16 de febrero de 1848 en la iglesia de Santana en Rio de Janeiro.
Su padre creció a Francisca como hija legítima y la educó como una sinhazinha, es decir, como una dama aristocrática.
Esta decisión fue determinante e hizo la gran diferencia. Si hubiese sido descendiente ilegítima de un hombre blanco y de una mujer negra, habría tenido pocas posibilidades de recibir una instrucción.
En ese entonces, en Brasil la esclavitud todavía era legal, por ende, Francisca habría terminado haciendo trabajos humildes y poco remunerados. El padre le dio una educación pensando en procurar un matrimonio arreglado que la hiciera entrar en la alta sociedad de Rio.
Para su formación había proyectado: aprender a leer, escribir, hablar francés, estudiar matemática, historia, geografía y, naturalmente, era obligatorio aprender a tocar piano. Su padre había asumido el maestro Luis Alves Lobo (1834-1901) para el estudio de piano, un compositor famoso por haber escrito música sacra, dramática y popular. Contar en casa con un piano indicaba riqueza y status, y era deber de una mujer joven aprender a tocarlo y entretener a los huéspedes.
Francisca amaba profundamente la música, es así que en la Navidad del 1858, a la edad de 11 años, compuso su primer vals, Canção dos Pastores (Canto de pastores) en ocasión de la visita de Antônio Eliseu, su tío flautista y padrino.
Tal vez por una cuestión de sangre, tal vez por la amistad estrecha con algunos amigos y músicos mulatos, Francisca se encuentra a gusto en medio de la cultura musical africana y frecuenta las fiestas de los esclavos animados de tambores. Este ambiente terminará más adelante por influir su música de manera decisiva, obteniendo un ritmo que no se limitaba a lo que llegaba de Europa, pero que tenía sus propias características y una fuerte huella nacional.
Matrimonios
En 1863, cuando Francisca tenía dieciséis años, le fu arreglado su matrimonio con Jacinto Ribeiro do Amaral, un joven de 24 años, oficial del ejército imperial, que infelizmente no toleraba el interés que Francisca tenía por la música. De hecho, la música le dio la posibilidad de vivir como una señora burguesa, con privilegios que además incluían poseer esclavos, oferta que ella rechazó de inmediato.
Chiquinha Gonzaga at 16 years old
La música se convirtió en el manifiesto personal de Francisca, y el piano el medio para desahogarse de sus sentimientos. Era un modo para mantener su verdadera identidad y su libre albedrío. Jacinto encontró su rival más importante: el piano. A su marido no le gustaba la música, era celoso de su pasión y trataba de alejarla del piano. El piano le daba a Francisca toda la libertad que necesitaba: era la voz que no podía tener con su marido. Paradójicamente, el regalo de bodas del padre de Francisca fue un piano, regalo que jamás se hubiera imaginado que trajese tanto problema en la vida de la pareja.
Jacinto siempre mantenía la esperanza que Francisca cambiase después del nacimiento de sus hijos, pero el cambio esperado no sucedió.
En 1864 nació João Gualberto, en 1865 Maria y en 1870 Hilario.
Jacinto, cansado de los continuos caprichos musicales de su esposa, le pide que escoja entre él y la música, y sin excitación ella le respondió: “no comprendo la vida sin armonía”, por lo tanto, lo dejó.
El escándalo terminó en una causa de divorcio sostenida por el marido ante el Tribunal Eclesiástico, donde viene pronunciada una separación definitiva perpetua por abandono de la casa y por adulterio. La decisión no le permitió llevarse consigo dos de los tres hijos. Le fue prohibido de tener cualquier contacto con la hija Maria, crecida come huérfana con la abuela Rosa, mientras su tercer hijo Hilario con la tía materna. Se quedó con ella casi siempre su primogénito João Gualberto.
Pronto Francisca se enamora de João Baptista de Carvalho, un ingeniero adinerado, un hombre liberal y amante de la música. Juntos se van a vivir a Minas Gerais para huir de la sociedad prevenida de aquellos tiempos, y de esa unión nace Maria Alice. Debido a traiciones extramatrimoniales, infelizmente este matrimonio también es destinado al fracaso; en la separación nuevamente el marido no le permitió quedarse con su última hija.
La condición de una mujer divorciada la convirtió en víctima de prejuicio y difamación. La familia de origen la renegó declarando que estaba “muerta” y que su nombre era “impronunciable”. A causa de las condenas morales por parte de la iglesia y recriminaciones personales, Francisca ahora es una mujer que debe hacer lo que sabe hacer: tocar el piano.
Inicio de la carrera musical
En 1876 vuelve a vivir a Rio de Janeiro con el hijo mayor y trabaja come música independiente. Comienza su carrera como pianista y compositora, sobre todo de temas de “música de salón”: vals, polcas, tangos, etc. A partir de ese momento Francisca firmará con el nombre de Chiquinha Gonzaga.
La profesionalización de las mujeres como músicas, y más aún en el sector de música de baile, era sin precedentes en la sociedad de aquella época.
Chiquinha se convierte en el símbolo de la emancipación femenina con su comportamiento libre en un período en el cual no estaba concedido a las mujeres tener deseos y menos aún expresarlas públicamente.
Ella comienza una larga historia de lucha en una sociedad prevenida y debe ganar un rédito para mantenerse: comienza a dar lecciones de piano, vender sus partituras, tocar piano en lugares públicos. En 1877 hizo publicar su primera colección de 8 composiciones, entre ellos la polka Atraente que tuvo un gran suceso.
Chiquinha Gonzaga en 1877
Con este esfuerzo se acerca gradualmente a los círculos de música popular ganando estima y aprecio. Encuentra el “padre de los Chorões” Joaquim Antonio da Silva Callado (1848-1880) un flautista y compositor y él le dio una nueva perspectiva sobre la música y oportunidad laboral. Así pues, inicia a tocar y a escribir piezas para el grupo musical “Choro Carioca”.
Entre los músicos había esclavos libres que exploraban un nuevo tipo de música popular: melodías europeas que se mezclan a ritmos afro-brasileños creando nuevos géneros musicales como: el maxise, modinhas, lundus, etc.
En estos círculos, la compositora conquista su independencia económica; las lecciones de piano dejan de ser la principal fuente económica y se dedica a composiciones más complejas, concentrándose sobre un nuevo público.
Como personaje público, Chiquinha inicia a manifestar su conciencia social. Se compromete activamente en la causa por el antiesclavismo como miembro de la Confederação Libertadora (Confederación de la Libertad) y participa en eventos artísticos para obtener fondos para la emancipación de los esclavos. Sabido es que ella ha llegado a vender sus partituras por las calles para comprar y donar la libertad al músico esclavo de talento Zé da Flauta.
Chiquinha Gonzaga en 1894
El 13 de mayo de 1887 es una fecha importante para el pueblo brasileño, pues un decreto de la princesa Isabel abole la esclavitud en Brasil con la Lei Áurea (Ley Áurea). Chiquinha en honor de esta histórica jornada, compone Hino à Redentora para coro y piano. Una tácita referencia a la princesa por haber decretado la igualdad y liberado un pueblo: Bravos à Redentora! Palmas à grande lei! Flores à humilde grei! Glória à libertadora!
Comenzando el año 1899, Chiquinha vive en el barrio de Andaraí, donde tenía su sede Os Cordões Rosa de Ouro (el grupo de la Rosa de Oro) del carnaval carioca.
Compone y dedica a ellos la primera marcha carnavalesca del Brasil, Ô abre Alas (Oh abre las alas). La pieza se inspira a la cadencia rítmica de los ranchos y de los corteos. Su marchinha se volvió un elemento importantísimo en la historia del carnaval brasileño, anticipando de veinte años aquella que será la típica producción musical carnavalesca.
Chiquinha ha usado su popularidad para combatir incluso en otras causas.
Fue una pionera en la protección de derecho de autor y fundadora junto a otros en 1917 de la Sociedade Brasileira de Autores Teatrais (SBAT).
Era miembro del Movimiento republicano en el “Partido femenino de las mujeres” y lucha por el sufragio universal en Brasil. Chiquinha hacía parte del movimiento de las sufragistas en los años’10 siguiendo la tendencia comenzada con el movimiento americano.
En 1899, después de decenios dedicados principalmente a la música, Chiquinha encontró a João Batista Fernandes Lages, un joven lleno de vida y talentoso músico.
Se enamoraron, pero la diferencia de edad de 36 años era muy grande: ella 52 años y João Batista solo 16 años. Chiquinha lo adoptó como hijo para vivir este gran amor.
Esta decisión fue tomada para evitar escándalos con sus hijos y para la sociedad de entonces, con la finalidad de no influenciar en su brillante carrera.
Entre 1902 y 1910 Chiquinha y João Batista se transfirieron a Lisboa (Portugal) donde tuvieron la posibilidad de promocionar sus composiciones en varios países europeos.
Al principio, los hijos no aceptaron la pareja, pero pronto se dieron cuenta de la importancia de João Batista en la vida de Chiquinha.
Después de algunos años, volvieron a Brasil y no despertaron ninguna sospecha de vivir como marido y mujer. Chiquinha nunca admitió públicamente su relación con João Batista, la verdad se supo solo después de su muerte, a través de las cartas y fotos de la pareja.
Diciembre 20, 2022