Guillermina Bravo

Organizadora, implacable ideóloga, incansable creadora, lúcida analista de la época que le tocó vivir y, además, eficiente política, Bravo manifiesta en su coreocronología una serie de transiciones funcionales, relacionadas con los cambios experimentados por la danza moderna y la danza contemporánea en todo el mundo. Precisamente su hacer coreográfico termina con una obra, Códice Borgia, en la que su lenguaje dancístico “daba de sí”, experimentaba la crisis final relativa a las vertientes técnicas reconocidas de la danza contemporánea, en este caso la técnica Graham. Bailarina y maestra, fue asimismo la coreógrafa más importante de la danza de concierto mexicana.

Sus primeros estudios de danza clásica, moderna y vernácula los hizo en la Escuela Nacional de Danza dirigida por Nellie Campobello. También, entre 1936 y 1942 realizó estudios profesionales de música en el Conservatorio Nacional de México. En 1939 abandona la escuela oficial de para recibir clases de ballet en el estudio  de la maestra Estrella Morales. En este lugar es descubierta por la bailarina y coreógrafa norteamericana Waldeen, quien desde 1939 se hallaba en México organizando un grupo profesional de danza moderna. Entre 1940 y 1945 participa como bailarina en el Ballet de Bellas Artes, dirigido por Waldeen. Posteriormente, Bravo continúa su propio desarrollo técnico y emprende su preparación autodidacta como coreógrafa hasta integrar con Ana Mérida un grupo de danza moderna.

En 1948 Guillermina Bravo abandona la codirección de la Academia para fundar, junto con compañeros bailarines de su generación, el Ballet  Nacional de México, entidad independiente que constituyó durante mucho tiempo el máximo centro de enseñanza de danza moderna y danza contemporánea del país. Para 1957, junto con muchos miembros de la danza moderna mexicana del momento, Guillermina Bravo realiza una gira por Europa, la ex Unión Soviética y China.

Guillermina Bravo realizó la coreografía de más de veinte obras teatrales. Además de elaborar programas técnicos de enseñanza de la danza y de la coreografía, Bravo impartió numerosos cursos y conferencias. En 1969 coadyuvó a instaurar los primeros cursos intensivos de danza contemporánea para estudiantes de la UNAM; más tarde fundó el Seminario de Danza Contemporánea y Experimentación Coreográfica (UNAM-Ballet Nacional). Contribuyó a la organización de la Facultad de Danza en la Universidad Veracruzana (1975) y fundó con el Ballet Nacional el Centro Nacional de Danza Contemporánea en Querétaro (1990-1991). Durante la existencia del Ballet Nacional de México Guillermina Bravo supo atraer para trabajar en conjunto a destacados literatos, compositores, escenógrafos, maestros, críticos que aparecieron, a lo largo de varias décadas en los programas de mano como “colaboradores” de la compañía. Muchos de ellos impartieron cursos para sus bailarines, coreógrafos y estudiantes. Entre otros, fueron colaboradores Emilio Carballido, Mario Lavista y Carlos Monsiváis.

El 30 de julio de 2002 la Academia de Artes le otorgó su designación como Miembro Honoriario.

(Tomado de Alberto Dallal, “Guillermina Bravo: la danza total”, Imágenes, Revista electrónica, 9 de diciembre 2013.)

Un poquito sobre Guillermina Bravo (El Documental) trailer

https://www.youtube.com/watch?v=ZRoryDQpgfs