Pablo Cedrón: Como dividido, “nunca insertado totalmente en el mundo”

Compartimos con Uds. la triste noticia del fallecimiento del actor y guionista Pablo Cedrón  (Mar del Plata, 7 de enero de 1068 – Buenos Aires, 1 de noviembre 2017).

Que descanses en paz, querido Pablo.

Como dividido, “nunca insertado totalmente en el mundo”, explicaba que en Francia no había logrado jamás “los papeles en regla, porque no había plata familiar en el banco ni había posibilidad de estudiar en la universidad con apenas la escuela primaria hecha”. Su “fastidio”, entonces, era eterno. “No estaba insertado acá cuando me fui, y allá tampoco. Fueron muchos años de estar apartado. Y hoy a veces sigo trabajando de otra cosa. Porque hay períodos en que no tengo laburo de actor y hago otros rubros. Herrería, carpintería, pintar piletas de natación”.

Pablo Cedron actor:

“La adversidad tiene algo como masculino… algo de la dignidad que me atrae. Todo eso debe venir de mis ancestros del siglo pasado”, deducía. “Los Cedrón eran muy heroicos. Lucharon contra los Estados Unidos por la posesión de Cuba. Todos somos hoy muy dramáticos, muy desbordados, muy de pelear, pero nos unimos en situaciones como conseguir un abogado para sacar a uno de los nuestros de la comisaría”, se reía.

La versatilidad laboral lo enfrentaba a la “contradicción”: “Casi se siempre me sentí ajeno, marginal a mis distintos oficios. Pero no querría volver jamás a eso de ser modelo publicitario. Eso de posar vestido con esmoquin, manejando un descapotable, tomando licores o fumando junto a mujeres espléndidas me enfrentaba a una enorme fractura. Porque, a veces, al llegar a mi casa me encontraba con las cuentas impagas. O teniendo que retomar mi trabajo de albañil. Como la carroza y los caballos de Cenicienta, que a la mañana recuperan su verdadera condición de calabaza y ratones”.

Su profundidad durante las entrevistas era habitual, un condimento que lo clasificaba como rara avis del medio. “Esa necesidad de seducir que tiene el ser humano me perturba. Lo descubrí cuando empecé a salir con chicas. Sentía una profunda lástima sobre mí mismo. Porque uno se pone ropa especial, se peina, gesticula para gustar. Una prueba de qué pobres somos: tenemos que engañar para que nos quieran”.

Pablo Cedrón. El cabecilla: el actor mete miedo como el caudillo. FOTO: OBRA CINE

Marplatense, padre de Santiago, guionista además de actor (murió ayer, a los 59 años, en el sanatorio de La Providencia), los más de 100 personajes que regaló entre el cine (“Felicidades”, “El aura”, “El otro hermano”) y la TV (“Cha cha cha”, Campeones, “Sos mi hombre”) no eran más que fragmentos bien ensamblados y reeditados de una biografía intensa y aventurera. “Me siento insertado en el mundo cada vez que tengo trabajo, me encariño con la gente, pero después eso se corta y desaparece todo vínculo y vuelvo a ser esa persona un poco desorientada, esa persona que no se halla en ningún lado”.

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“El juguete rabioso” film basado en la homónima novela del escritor argentino Roberto Arlt.